Provincia: Soria
Situada en las inmediaciones de El Burgo de Osma, la fortaleza califal de Gormaz constituye una de las más importantes edificaciones defensivas que se pueden contemplar en lo que en tiempos se denominó la línea defensiva del Duero. Dada su privilegiada situación, su poder de observación se extiende a lo largo de kilómetros, abarcando panorámicas de increíble belleza, en tierras pertenecientes a varios municipios, como el propio Burgo de Osma, Berlanga de Duero e incluso Almazán.
A sus pies, el pueblecito de Gormaz; y menos de un kilómetro más adelante, una de las grandes maravillas del románico de los siglos X-XI: la ermita de San Miguel. Como en el caso de San Baudelio de Berlanga, la ermita de San Miguel esconde un inapreciable tesoro artistico en su interior. Sus extraordinarias pinturas, realizadas por la misma escuela, probablemente de origen mozárabe, que pintó los frescos de San Baudelio y también de la pequeña ermita de la Vera Cruz, en la localidad segoviana de Maderuelo, aunque en tiempos perteneció a San Esteban de Gormaz.
Subir hasta estas alturas y pasear entre los derruídos lienzos de las murallas, no deja de ser una experiencia gratificante e incluso ensoñadora, cuando el viento sopla, colándose por los recovecos de sus estancias, dejando a su paso ecos de un pasado grandioso y apenas conocido, pues se sospecha que hubo construcciones de otras culturas, quizás romanas y anteriormente celtíberas. Un lugar del espíritu, cuya visita recomiendo desde las páginas de este blog.
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