Una de las calles más emblemáticas de Córdoba, y a la vez más visitada por los turistas, es ésta Calleja de las Flores, situada en las inmediaciones de la catedral. Yo la conocí un mes de diciembre, de ahí que estuviera revestida con las típicas flores de Navidad. No obstante, la mejor época para visitarla, aquélla que se muestra en todo su esplendor, es la primavera. Desemboca en una pequeña plazuela, en cuyo centro hay una fuente, de planta octogonal, con una columna rematada en un capitel, probablemente de origen árabe. En una de las esquinas de la plazuela, hay también una librería y tienda de souvenirs, en cuyo interior -también como atracción turística- todavía existe un antiquísimo pozo árabe, de unos 15 ó 20 metros de profundidad. Desde la plazuela, y coronando la estrecha calleja, se tiene una espléndida vista de la torre de la mezquita-catedral.
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