Provincia: Soria
Emplazado en la cúspide una montañita con forma de cono o pirámide, los restos de esta antigua fortaleza se reflejan eternamente en el cristal líquido de una lagunilla, probablemente artificial, de forma ovalada.
Emplazado en la cúspide una montañita con forma de cono o pirámide, los restos de esta antigua fortaleza se reflejan eternamente en el cristal líquido de una lagunilla, probablemente artificial, de forma ovalada.
Son apenas unos lienzos que milagrosamente han sobrevivido, a la espera de que el tiempo, por no mentar a su peor aliado, que no es otro que la indiferencia humana, termine de arrasar un arcano testigo de la Historia de España.
Situado, aproximadamente, a una quincena de kilómetros de Medinaceli y a otros tantos del monasterio de Santa María de Huerta, formaba parte de la denominada línea defensiva del Jalón. Su elección, evidentemente, no fue fruto del azar, pues desde la cúspide se divisa una panorámica realmente espectacular, que se extiende kilómetros y kilómetros a la redonda y desde donde, aparte de una visión de conjunto de un pueblo que desde aquí se aprecia mucho más grande de lo que pueda parecer en un primer vistazo, se obtiene también una visión de esas cumbres generalmente nevadas que conforman uno de los montes más míticos de la Península: el Moncayo.
Un lugar batido por los cuatro vientos, que susurra ecos de un pasado misterioso, que puede servir como punto de partida para adentrarse en las intimidades de una falla antediluviana, la del Alto Jalón, que aparte de su agreste belleza, tiene aún muchos secretos que contar.
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