Ningún
ejemplo resulta más notable para resumir, en todo el esplendor de su perfección
y belleza, esa concepción de estrecha unión entre arquitectura y naturaleza, entre
lo que es arriba y lo que es abajo, que la presente fantasía evolutiva, que es
el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Un templo que, alejado de los
cánones preconcebidos, impresiona, tanto exterior como interiormente, activando
los profundos mecanismos de la perfecta arca de resonancia que es,
comparativamente hablando, concebida con unos efectos –numerosos, geniales y
milimétricamente distribuidos-, que inciden sobre las percepciones psíquicas
del individuo, facilitando la íntima y a la vez incognoscible comunicación con
la Divinidad. De hecho, si la planta de algunas de las grandes catedrales
góticas, representaban sobre el plano y de manera simbólica el cuerpo de Cristo
en la cruz, entrar en el interior de la Sagrada Familia, mirar hacia las
subliminales alturas y observar los diseños y concepción de sus bóvedas,
claves, arbotantes y pilastras, simulando el esqueleto humano, invita a la
reflexión, a pensar en ese pasaje neo-testamentario de esperanza y resurrección,
en el que quizás se inspiró Gaudí para, aun llevando a su máxima expresión ese
estilo incompleto, como gustaba considerar al gótico, presentar la visión de
ese Dios resucitado y capaz, de pie e inconmensurable, de acoger a su rebaño
con los brazos abiertos. Un cuerpo y unos brazos, que muestran los fluidos
solares desparramándose a través de unas venas, las vidrieras cuya luz se
distribuye por todos los rincones semejando a ese Pelícano místico que se desgarra su propio pecho para dar de comer
a sus hijos, constituyendo, de paso, el más grande exponente de Lugar del Espíritu creado por el hombre
y destinado a ser, desde luego, un Lugar del Espíritu Universal.
Pero claro,
esto es tan sólo una manera de expresar y sentir el Lugar Sagrado.
Publicado en STEEMIT, el día 27 de marzo de 2018: https://steemit.com/spanish/@juancar347/el-templo-expiatorio-de-la-sagrada-familia