Todas
ellas guardan el arcano misterio de su origen, de esa argótica y revolucionaria constitución, que dejó obsoletos los
templos de estilos anteriores, como el románico. Al contrario que éstos, las
catedrales góticas rechazan las vetustas sombras y elevan sus pilares hacia la
Luz. Son los Candiles Medievales, los
antiguos bosques sagrados vencidos por la magia de la piedra, cuya
majestuosidad y en cuyo conocimiento, el espíritu se rinde sin remisión.
Propongo, pues, un breve viaje por algunas de ellas, alternativa no natural,
pero que en el fondo, no dejan de ser verdaderos y luminosos Lugares del Espíritu: las Catedrales.
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