Tal
vez no sea éste su auténtico corazón, si tenemos en cuenta que la Montaña de
Montserrat se asienta sobre un verdadero dédalo de túneles y galerías,
posiblemente muchas de las cuales sin explorar todavía. Pero obviando el
detalle, no cabe duda de que el lugar en el que se asientan los antiguos
cimientos y donde reposan su sueño eterno las cenizas indolentes del abad
Oliba, recoge las influencias derivadas de ese imaginario Axis Mundi que se oculta en lo más recóndito de sus entrañas.
Posterior, posiblemente, a la época de Oliba, un original arco románico
recuerda las viejas peregrinaciones al Santuario. Un Santuario que, como se
sabe, recoge las precristianas virtudes y gracias de aquéllas venerables Mater
negras, que no sólo fueran alabadas por genuinos personajes históricos, como
Salomón, y devotamente veneradas por singulares teóricos del cristianismo, como
Bernardo de Claraval, sino que todavía, al cabo de los milenios, gozan de la
adoración del pueblo, cualquiera que sea su mediática identidad. Una Mater
–poco importa si la original se perdiera en un desafortunado accidente-,
portadora de una esfera que recuerda, parafraseando a Ramón J. Sender (1), la
difusión del sonido y de la luz; una esfera que irradia un benefactor
magnetismo y que, desde su singular microcosmos, nos recuerda, también, el
camino del infinito: aquel cuyo movimiento se produce en espiral, como el de
los astros y el de los planetas en la macrocósmica y monumental esfera del
Universo.
(1) Ramón J. Sender: 'Ensayos sobre el infringimiento cristiano', Biblioteca de heterodoxos y marginados, Editora Nacional, Madrid, 1975.
Si difícil es que el corazón aguante tanta emoción, más difícil fue que lo hicieran las piernas esperando la multitudinaria cola.
ResponderEliminarUn abrazo, Caminante
Doy fe del sacrificio; y además, añado que el sacrificio fue por complacer a un amigo que no sólo quedó encantado con la experiencia, sino, además, gratificado por el cariño que recibió, que le hizo no sólo vivir un sitio especial, sino también sentirse muy especial él.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,