lunes, 6 de junio de 2011

Covadonga

Provincia: Asturias.

No cabe duda de que tenemos aquí el auténtico corazón espiritual de la Península; un corazón alojado en lo más profundo de unas montañas inconquistables, cuyos latidos fueron la fuerza y la esperanza de la que brotarían los futuros reinos hispanos; unos reinos que, surgidos a sangre y fuego, pero alentados por el poder de la Fe, conformarían la base de las diferentes Comunidades Autónomas un milenio después.

Pero Covadonga es algo más; es un lugar donde habitan los Mitos; el crisol en cuyo fondo permanece la mácula de lo cotidiano y se libera el dulce efluvio de las leyendas. No es de extrañar, por tanto, que bajo una filosofía esotéricamente jacobea, haya quien entrevea aquí, etimológicamente oculto, un símbolo indicador de caminos y compare Covadonga con Covadoca. Y no sería una cuestión baladí, bajo mi punto de vista, porque en este Lugar del Espíritu, cualquier cosa es posible.




4 comentarios:

  1. Hola! Uno de mis sitios favoritos, Covadonga y su enclave, cómo me gusta subir al lago de Enol, el paisaje verde y las cumbres nevadas, ahora, nunca vayas en agosto, puentes, semana santa...
    Un beso.

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  2. Hola, bruja. Un sitio increíble, fabuloso, enclavado en pleno corazón de mis raíces. Cuando estuve era precisamente agosto, y no se podía subir a los lagos; al menos, en coche. Había demasiada gente incluso para subir en autobús, de manera que me quedé con las ganas. Pero espero tener mejor fortuna en una próxima ocasión. El viaje, aunque largo, merece la pena. Un abrazo

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  3. Jajaja, una escarba en encuentra de todo en tu cajón de sastre. Bien es cierto que este santuario es uno de mis preferidos, ya van 3 vecen en el tiempo, que he subido a Covadonga. La primera para dejarme huella siendo una niña, la segunda, primera escapada de vacaciones que hacíamos las hermanas juntas, sin los padres, paro no para saborearlo sola. Pero la 3ª y ultima, fue una delicia. No había nadie, el día era brillante y frio. Se me ponía la carne de gallina al ver las torres entre los árboles. Y al llegar, solos mi marido y yo, se escuchaba el tiempo, y el agua y las hojas cayendo de los árboles. Que maravilla, yo sentada únicamente ante la Santina. Onga, "Madre tierra" una vez mas.

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  4. Hola, Minerva. Un cajón de sastre un poco desordenado, pero amplio y donde todas las maravillas tienen cabida. Ya veo, por lo que comentas, que el lugar también ejerció sobre ti ese magnetismo tan especial que hace siempre una visita una experiencia inolvidable. La última vez que estuve, recuerdo que el primer día llovió a mares, lo que no hizo, sin embargo, que la visita aunque pasada por agua, dejara por un momento de ser especial. Resultó espectacular y Madre Tierra, como bien dices, estaba exultante. Un abrazo

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